sábado, 28 de diciembre de 2013

Transcurridos los años

Niña reservada,
niña alegre,
me abriste las puertas de poniente
de tu corazón al llegar la noche,
cierto día me esfumé como hace el rumor
al abrazo del silencio sin poder
verme reflejado en el iris de tus ojos.

Hoy, transcurridos seis años
desde que nos vimos por última vez,
no hemos tenido el valor
para encontrarnos,
para mirarnos,
para contarnos,

tal vez por miedo a importunarnos,
tal vez porque el tiempo no proporciona aliento,
tal vez por no alterar nuestro equilibrio,
tal vez por miedo al olvido
o tal vez por respeto mutuo.

Hoy las vidas corren ajenas,
se entrelazan, se separan
y se vuelven a encontrar.



Daniel, 2013