Autor de emociones,
nómada en un viaje
que fluye entre los matices.
que fluye entre los matices.
Puedo hablarte del dolor del
amor,
frío como la escarcha de una
noche
de invierno derritiéndose
tras la lacerante mirada del adiós.
tras la lacerante mirada del adiós.
Puedo escuchar las palabras
que desprende la voz de tus ojos.
Puedo acariciar las sensaciones
que se estremecen con la
nostalgia
que incendia tu fuego.
Puedo ver el color de la gota
de agua que cae al vacío
liberándose de todo dominio.
Puedo escuchar el silencio del viento
imperante tras su punzante murmullo.
Puedo escuchar el silencio del viento
imperante tras su punzante murmullo.
Puedo volver del lugar donde el
infinito
toca su fin para volver a
continuar.
Puedo sentir la angustia y la alegría
de quién tiene a alguien
de quién tiene a alguien
por quién llorar.
Puedo precipitar la tormenta
que desata el ritual de tu cuerpo.
Puedo precipitar la tormenta
que desata el ritual de tu cuerpo.
Puedo hablarte del instante
y el olor a perfume que lo
envuelve,
su fracción y el sabor atemporal
que lo estremece.
Sin embargo,
no puedo retener al amor
no puedo retener al amor
que creyéndose libre de ataduras
se marcha muriendo en la displicencia
de esta maniatada noche.
se marcha muriendo en la displicencia
de esta maniatada noche.
Puedo hablarte.
Daniel, 2016