sábado, 12 de mayo de 2012

Entre las sombras

Al instante el sol se esconde por el horizonte
incendiando cada sentir de nostalgia
oculta tras las flores, inyectando con la luz
de su último rayo el destello de llama
en la región más oscura y olvidada del alma.

Al anochecer la sombra se libera
del dominio del cuerpo, se siente segura
entre el resto de sombras del bosque,
serena de no encontrarse con ser humano
alguno, de estar sola consigo misma,
de estar sola con mi fiel compañero
merodeando por los alrededores.

Porque siempre busco los caminos menos transitados
me enseñaste cada rincón recóndito de este paraje,
cada gota de agua que la tierra acuna entre sus brazos,
me mostraste con tu olfato, que lo verdaderamente
real escapa a nuestros ojos.

  
                                                                                                               Daniel, 2012

sábado, 5 de mayo de 2012

Por las calles de la ciudad


Nos dimos en Praga en un fiel homenaje a años de amistad
y en una búsqueda desesperada de la plena manifestación del amor.
Atravesamos el corazón del viento por Malá Strana,
nos envuelve un susurro entrecortado por el paso de los siglos.

A orillas del río Moldava, convergen
por el puente de Carlos las vidas
paralelas de las gentes que fluyen
dándole sentido a su existencia.

Desde la torre de la catedral
defenestramos viejos pensamientos encorsetados,
ideas varadas que obstaculizan
el sentir de nuestros sentidos más cadenciosos.

Por las viejas calles de Staré Mésto,
ajenos al transcurso del tiempo
se divisan castillos de princesas y dragones.
Sus torreones enfilan hacia el cielo
cortando la fina lluvia que resbaladiza,
pende un instante de sus tejas para
caer al vacío, dejando paso a nuevas gotas
que ocupan de las anteriores el lugar,
siguiendo el tiempo impasible su curso.

Las princesas de ahora no emplean largas trenzas,
no visten vestidos de seda con viso y enagua,
no esperan que aparezca su apuesto príncipe
para protegerlas y dar sentido a sus vidas.
Ahora visten ropas ceñidas que expresan
sutilmente la seducción que solo ellas poseen,
ahora van en busca de un noble caballero
que sea capaz de seguirles el paso y que no profane
los frutos recogidos en las cosechas de los últimos años.

El reloj de la Torre marca la hora
en que Alicia, debe dar fin a su adolescencia
y escapar del teatro de las oscuras maravillas para
perderse en la noche que envuelve las calles de la ciudad.

Tras la esquina, en el rincón oscuro, le acecha
la seducción del pecado vestido de deseo y de lujuria
que le hará escapar definitivamente del periodo virginal
de su agotada inocencia.

Fuertemente cogidos de la mano… nos disponemos a volver.




Daniel, 2012