Esta noche me embarcan tus palabras
y trepo por el recuerdo de
aquellos
años ahora tan distantes;
y busco algún ápice,
alguna grieta donde puedan sostenerse
los instantes que
compartimos
junto con el resto de compañeros.
Quizás calmen esta sed
incandescente,
quizás compongan la sonrisa
que de sentido a este
hostal con humedades.
Será que son cobardes los años
cuando a traición me abraza
esta inoportuna compañera
llamada nostalgia.
Será esta dulce tentación
que viene a calmar el síndrome
de abstinencia latente bajo la piel.
Será que vestidas las carencias
se empeña en sumergirme
en un beso lento,
en una práctica sexual
que lleva a fijar mi mirada
justo en aquellos años
bañados de juventud
y acariciados por brisa mediterránea;
aquellos años de estudio
que cabían dentro de una canción,
de sueños que nacían sólidos
con el frescor del nuevo
amanecer
ajenos a la erosión que provoca
el viento con los años.
Será porque nunca me atreví
a confesarte nada.
Será porque me encontraste
más tarde caminando descalzo
sobre otras aguas.
Será porque ahora has venido
a hablarme sin apenas atreverte
a contarme nada.
Daniel,
2017