jueves, 16 de abril de 2015

El círculo

De un lado, el llanto de un niño
que estrena la vida,
del otro, la última expiración
que impasible le dice adiós,

el día existe porque llega la noche.

De un lado, dos amantes se entregan
como si no existiera un mañana,
del otro, una pareja naufraga
frente al mar de la desilusión,

el comienzo existe porque llega un fin.

De un lado, la voz toma aliento
y se alza golpeando como temporal marino,
del otro, la tristeza se viste de debilidad
y el silencio lo hace de miedo,

el placer se siente porque se ha conocido
el dolor.

De un lado, tacones repletos de lluvia
fértil descienden por la verde llanura,
del otro, la botas soportan la grava
estéril de los áridos campos,

el amor no existe sin el vacío del corazón.

De un lado, la espiral de la derrota
se hace grande ante el atisbo
incesante del murmullo,
del otro, la valentía ya no necesita
demostrar ser valiente porque
de ella nada se espera,

el sueño no existe sin la vigilia.

En un instante el círculo se cierra
y expande sus ondas ante nuestra
presencia,

el todo no existe sin la nada.

                                            Daniel, 2015