Al instante el sol se esconde por
el horizonte
incendiando cada sentir de
nostalgia
oculta tras las flores,
inyectando con la luz
de su último rayo el destello de
llama
en la región más oscura y
olvidada del alma.
Al anochecer la sombra se libera
del dominio del cuerpo, se siente
segura
entre el resto de sombras del
bosque,
serena de no encontrarse con ser
humano
alguno, de estar sola consigo
misma,
de estar sola con mi fiel
compañero
merodeando por los alrededores.
Porque siempre busco los caminos
menos transitados
me enseñaste cada rincón
recóndito de este paraje,
cada gota de agua que la tierra
acuna entre sus brazos,
me mostraste con tu olfato, que
lo verdaderamente
real escapa a nuestros ojos.
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