jueves, 12 de abril de 2012

Compañero de viaje



Con paso ligero avanzo
por la senda que se pierde tras la montaña,
impregnado olor a tierra húmeda y pino.
Por mi recuerdo sucesión de imágenes, emociones
de un tiempo pasado que no volverá,
transcurren fugaces con retorno al punto
de encuentro recóndito de mi consciente.

Fiel compañero de viaje sigue mi paso,
la mente racional queda atrás
para dejar paso al instinto primario
en plena unión con su equilibrio natural.
La vigilia del águila despierta de su letargo.

Desde las alturas de la cima
las cosas se ven desde otra perspectiva.
La brisa airea los despojos del alma,
el sol clarea la penumbra instalada
en el umbral de la zona interior.
El descenso retorna al punto de inicio
donde los caminos convergen.

Al caer la noche los maderos
arden arropados por las llamas,
con el tiempo todo cambia y se transforma,
el fuego desprende y enciende la nostalgia,
al tiempo todo resulta perecedero.

Sereno y ajeno a las apreciaciones
del momento, mi compañero de viaje
descansa junto a mí. Reminiscencias
de una soleada mañana de invierno,
expectante frente a la puerta del refugio
encontré tus sultanes ojos.
Deseo que a mi lado camines por siempre.

Daniel (2011)


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